lunes, 13 de octubre de 2014

Tipos de bombas nucleares






Bombas atómicas
El núcleo de U235 (Uranio 235), Pu239 (Plutonio 239) y U233 son denominados materiales fisibles porque pueden ser utilizados para provocar una fisión nuclear al ser bombardeados por neutrones. Cuando ocurre una fisión nuclear, una gran cantidad de energía y neutrones son liberados. Por eso, cuando una cierta masa de materiales fisibles se concentra en un mismo espacio, una reacción en serie de fisiones nucleares puede desencadenarse. La cantidad mínima de material necesaria para que se mantenga esta reacción nuclear en cadena se llama “masa crítica”. Una bomba atómica es esencialmente una serie de varios compartimentos de masas subcríticas de materiales fisibles, las cuales luego se unen rápidamente en el momento de la detonación. Después, los materiales combinados se convierten en una masa supercrítica, provocando una rápida reacción en cadena que libera grandes cantidades de energía en un corto intervalo de tiempo

Bombas de hidrógeno
Las bombas de hidrógeno utilizan la energía liberada de la fusión nuclear de núcleos ligeros como el deuterio y el tritio, ambos isótopos de hidrógeno. Debido a que la fusión sólo se da bajo temperaturas que superan varios millones de grados centígrados, la detonación previa de una bomba de fisión es necesaria para iniciar la fusión nuclear de una bomba de hidrógeno. Por tanto, ambas fisión y fusión tienen lugar durante la detonación de una bomba de hidrógeno.



 Bombas de neutrones
Las bombas de neutrones utilizan una enorme cantidad de radiación de neutrones que se libera durante el proceso de fusión nuclear para provocar una segunda ronda de fisión nuclear. Por consiguiente, son llamadas bombas “3F” (fisión -> fusión -> fisión). Los materiales radioactivos residuales generados durante las dos etapas de fisión, referidos como “cenizas de la muerte”, le atribuyeron a estas bombas el sobrenombre de “bombas sucias de hidrógeno”.


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El arma nuclear mas poderosa Bomba Zar

La Bomba del Zar, bomba Emperador o emperador de las bombas, fue una bomba de hidrógeno desarrollada por la Unión Soviética, responsable de la mayor explosión causada por manos humanas. Fue detonada el 30 de octubre de 1961 como demostración, a 4 km de altitud sobre Nueva Zembla, un archipiélago ruso situado en el Océano Ártico.


Era una bomba realmente grande con un peso de 27.000 kilogramos, una longitud de 8 metros y un diámetro 2,1 metros.

La explosión fue algo terriblemente legendario con una potencia diez veces superior a la de todos los explosivos de la Segunda Guerra Mundial juntos.


Para comprender mejor la potencia y energía de esta arma nuclear aquí unos ejemplos de su fuerza 

La Bomba del Zar era 1.400 veces más potente que las bombas de Hiroshima y Nagasaki juntas.

La energía térmica fue tan grande que podría haber causado quemaduras de tercer grado a una persona que se encontrara a 100 km de la explosión.

De explotar bajo tierra, la Bomba del Zar habría sido equivalente a un terremoto de 7,1 en la escala de Richter.

La onda de choque fue lo bastante potente como para romper vidrios gruesos incluso a más de 900 km de la explosión.

para seguir con la comparación de esta arma nuclear aqui podemos ver que tan grande fue su potencia a comparación con otras

¿Qué son los materiales nucleares?


Los materiales nucleares son aquellos elementos que pueden ser utilizados como combustible nuclear. Generalmente, el uranio, el plutonio, el torio o la combinación de éstos, son utilizados como combustible nuclear. En cuanto al desarrollo de armas nucleares, el término “materiales nucleares” se refiere al uranio y al plutonio.

Uranio
En 1789, el científico alemán M.H. Klaproth descubrió el uranio como una parte del mineral uranita (pechblenda) y su nombre se deriva de Urano, el planeta del sistema solar descubierto en el año 1781. En la actualidad, se tiene conocimiento de un total de 14 isótopos artificiales que van desde U227 a U240, todos radioactivos. Tres isótopos, U234, U235 y U238, que tienen larga media-vida, pueden ser encontrados en la naturaleza. Sin embargo, más del 99% de ellos son U238. Las minas de uranio se hallan en Canadá, Sudáfrica, Estados Unidos, Rusia y Australia.

Una cadena sostenida de reacciones de fisión nuclear libera grandes cantidades de energía.

Este proceso se conoce como generación eléctrica nuclear. Las bombas atómicas siguen el mismo principio, pero en un ambiente mucho más concentrado. Lo que se utiliza para la generación eléctrica nuclear es el U235. Con un gramo de uranio 235 es posible producir la misma cantidad de energía que con tres toneladas de carbón. No obstante, como su concentración natural es de apenas 0,7%, el uranio debe ser primero enriquecido para obtener un contenido mayor de U235 puro. Para fabricar una bomba atómica se necesitan 15 kilogramos de U235.

Plutonio
El plutonio es un elemento artificial, el cual fue sintetizado por primera vez en 1940 por los científicos estadounidenses G.T Seaborg, E.M. MacMillan y J.W. Kennedy, bombardeando uranio con deuterio. Se conocía que no podría ser obtenido naturalmente; pero en 1942 una pequeña cantidad de plutonio fue encontrada en una mina de uranio. Similar a los procesos que se dan dentro de un reactor de energía nuclear, se piensa que el uranio existente en los minerales absorbe los neutrones para producir plutonio. De color blanco plateado, el plutonio es un importante combustible para la fisión nuclear, y por tanto un elemento clave para la fabricación de bombas atómicas y de hidrógeno.

Las inspecciones internacionales sobre la producción de plutonio se intensificaron drásticamente a partir de 1974, cuando India extrajo y enriqueció plutonio generado de un reactor nuclear civil para crear y detonar exitosamente una bomba atómica. Para fabricar una bomba atómica pueden ser utilizados entre cinco y diez kilogramos de plutonio altamente enriquecido.

Existe controversia entorno al uso del plutonio como fuente energética, dada su posible aplicación a la fabricación de armas nucleares, así como su nocividad contra la salud. Siendo altamente cancerígeno, si es introducido al organismo humano, el plutonio es uno de los materiales más tóxicos para el hombre. Acalorados debates sobre su uso como fuente energética continúan hasta la actualidad. 。

Manifiesto Russell-Einstein

Una declaración sobre armas nucleares

Difundida a la prensa en Caxton Hall,
Londres, 9 de julio de 1955

Bertrand Russell difunde el manifiesto a la prensa, Caxton Hall, Londres, 9 de julio de 1955
Comunicado de prensa
9 de julio de 1955
 
La declaración que se acompaña, que ha sido firmada por algunas de las más eminentes autoridades científicas en diferentes partes del mundo, trata de los peligros de una guerra nuclear. Se deja en claro que ninguna de las partes puede aspirar a la victoria en esa guerra, y que existe un peligro muy real de exterminación de la raza humana por el polvo y la lluvia de las nubes radio-activas. Se sugiere que ni el público ni los Gobiernos del mundo son suficientemente conscientes del peligro. Señala que un acuerdo de prohibición de las armas nucleares, si bien podría ser útil para disminuir la tensión, no ofrecería una solución, ya que dichas armas serían sin duda fabricadas y utilizadas en una gran guerra, a pesar de los acuerdos previos en sentido contrario. La única esperanza para la humanidad es evitar la guerra. Esta declaración tiene como propósito reclamar un modo de pensar que haga posible ese objetivo.
 
  La primera iniciativa vino de una colaboración entre Einstein y yo mismo. La firma de Einstein la puso en su última semana de vida. Desde su muerte la he trasladado a hombres de competencia científica tanto del Este como del Oeste, pues los desacuerdos políticos no deberían influir en los hombres de ciencia en la estimación de lo que es probable, pero algunos de estos acercamientos aún no han tenido respuesta. Estoy trasladando la advertencia pronunciada por los firmantes al conocimiento de todos los Gobiernos poderosos del mundo con la sincera esperanza de que puedan llegar a un acuerdo que permita sobrevivir a sus ciudadanos.








Carta a los Jefes de Estado
 
Estimado...
Adjunto una declaración, firmada por algunas de las más eminentes autoridades científicas sobre la guerra nuclear, señalando el peligro de desastre total e irrecuperable que existiría de producirse tal guerra, y la consiguiente necesidad de encontrar alguna otra manera que la guerra para que puedan resolverse las disputas internacionales. Mi sincera esperanza es que usted ofrezca expresión pública de su opinión sobre el problema objeto de la presente declaración, que es el más grave que jamás haya enfrentado la raza humana.


Su seguro servidor,
Beltrán Russell
 

Una declaración sobre armas nucleares
 
  En la trágica situación que enfrenta la humanidad, creemos que los científicos deben reunirse en conferencia para evaluar los peligros que han surgido como consecuencia del desarrollo de armas de destrucción masiva, y para discutir una resolución en el espíritu del borrador adjunto.


Estamos hablando en esta ocasión, no como miembros de esta u otra nación, continente, o credo, sino como seres humanos, miembros de la especie Hombre, cuya existencia continuada está en duda. El mundo está lleno de conflictos; y, por encima de todos los conflictos menores, la lucha titánica entre Comunismo y Anticomunismo.
 
Casi todo quien es políticamente consciente tiene profundos sentimientos sobre uno o más de estos asuntos; pero queremos que ustedes, si pueden, aparten esos sentimientos y se consideren sólo como miembros de una especie biológica que ha tenido una notable historia, y cuya desaparición ninguno de nosotros puede desear.
 
  Debemos procurar no decir ni una palabra que pueda atraer a un grupo más que a otro. Todos, igualmente, están en peligro, y, si se entiende el peligro, existe la esperanza de que podamos evitarlo colectivamente.


  Tenemos que aprender a pensar de nueva manera. Tenemos que aprender a preguntarnos, no sobre las medidas que deben tomarse para asegurar la victoria militar de cualquier grupo que prefiramos, pues ya no existen tales pasos; la cuestión que nos debemos formular es: ¿qué medidas deben adoptarse para evitar una contienda militar cuyo resultado será desastroso para todas las partes?


  El público en general, incluso muchos hombres en puestos de autoridad, no han imaginado lo que supondría verse envueltos en una guerra con bombas nucleares. El público en general aún piensa en términos de destrucción de ciudades. Se entiende que las nuevas bombas son más poderosas que las antiguas, y que, mientras una bomba-A pudo arrasar Hiroshima, una bomba-H podría destruir las más grandes ciudades, como Londres, Nueva York y Moscú.


  No cabe duda de que en una guerra con bombas-H las grandes ciudades quedarían aniquiladas. Pero ese sería uno de los desastres menores a los que nos tendríamos que enfrentar. Si todos en Londres, Nueva York y Moscú fueran exterminados, el mundo podría, al cabo de unos pocos siglos, recuperarse del golpe. Pero ahora sabemos, especialmente tras la prueba de Bikini, que las bombas nucleares pueden expandir gradualmente su destrucción sobre una superficie mucho más amplia de lo que se había pensado.


  Se asegura con excelente autoridad que puede fabricarse ahora una bomba que sería 2.500 veces más potente que la que destruyó Hiroshima. Tal bomba, si explotara cerca de la superficie o bajo el agua, enviaría partículas radiactivas a la capa superior del aire. Descenderían gradualmente e irían llegando a la superficie de la tierra como mortífero polvo o lluvia. Ese polvo fue el que afectó a los pescadores japoneses y a los peces que capturaron. Nadie conoce la amplitud con la que podrían esparcirse esas letales partículas radio-activas, pero las mejores autoridades son unánimes al decir que una guerra con bombas-H podría posiblemente señalar el final de la raza humana. Se teme que de utilizarse muchas bombas-H habría una muerte universal, inmediata sólo para una minoría, pero para la mayoría en lenta tortura de enfermedad y desintegración.


  Se han formulado muchas advertencias por eminentes científicos y por autoridades en estrategia militar. Ninguno de ellos dirá que pueden asegurarse las peores expectativas. Lo que dicen es que tales resultados son posibles, y nadie puede tener la seguridad de que no se hagan realidad. No hemos encontrado aún que las opiniones de los expertos en estos asuntos dependan en ningún grado de sus posiciones políticas o prejuicios. Sólo dependen, hasta donde nuestras investigaciones han revelado, del grado de conocimiento de cada experto en particular. Hemos descubierto que los hombres que más saben son los más sombríos.


Aquí está, entonces, el problema que presentamos, crudo, horrible e ineludible: ¿Vamos a poner fin a la raza humana; o deberá renunciar la humanidad a la guerra? La gente no se plantea esta alternativa porque es muy difícil abolir la guerra.
 
La abolición de la guerra exigiría desagradables limitaciones de la soberanía nacional. Pero lo que impide quizá comprender la situación más que cualquier otra cosa es que el término «humanidad» suena vago y abstracto. La gente apenas se imagina que el peligro es para ellos y sus hijos y sus nietos, y no sólo para una humanidad vagamente aprehendida. Apenas se imaginan que son ellos, individualmente, y aquellos que aman quienes están en peligro inminente de perecer angustiosamente. Y por eso confían en que quizá deba permitirse que la guerra continúe siempre que sean prohibidas las armas modernas.
 
Esta esperanza es ilusoria. Cualesquiera acuerdos que se alcancen en tiempos de paz para no utilizar bombas-H, no se tendrán por obligatorios en tiempos de guerra, y ambas partes se pondrán a trabajar para fabricar bombas-H en cuanto estalle la guerra, porque si un bando fabricase bombas y el otro no lo hiciera, quien las fabricase resultaría inevitablemente victorioso.
 
Aunque un acuerdo para renunciar a las armas nucleares como parte de una reducción general de armamentos no equivalga a una solución definitiva, serviría para ciertos objetivos importantes. En primer lugar, cualquier acuerdo entre el Este y el Oeste será bueno en la medida en que tienda a disminuir la tensión. En segundo lugar, la abolición de armas termo-nucleares, si cada parte creyera que la otra la cumple con sinceridad, disminuiría el temor de un ataque repentino al estilo de Pearl Harbour, que en la actualidad mantiene a ambas partes en un estado de aprehensión nerviosa. Debemos, por tanto, dar la bienvenida a un acuerdo, aunque sólo sea como un primer paso.
 
  La mayoría de nosotros no somos neutrales en los sentimientos, pero, como seres humanos, tenemos que recordar que, si las cuestiones entre el Este y el Oeste deben decidirse de forma que den alguna posible satisfacción a cualquiera, sea comunista o anticomunista, sea asiático, europeo o norteamericano; sea blanco o negro, tales cuestiones no deben decidirse por la guerra. Debemos desear que se entienda esto, tanto en el Este como en el Oeste.


Tenemos ante nosotros, si queremos, un progreso continuo en felicidad, conocimiento y sabiduría. ¿Elegiremos en cambio la muerte, porque no podemos olvidar nuestras disputas? Hacemos un llamamiento como seres humanos a seres humanos: recordar vuestra humanidad, y olvidar el resto. Si podéis hacerlo, está abierto el camino hacia un nuevo Paraíso; si no podéis, se muestra ante vosotros el riesgo de la muerte universal. 
Resolución: 
Invitamos a este Congreso, y a través suyo a los científicos del mundo y al público en general, a suscribir la siguiente resolución:
 
  «Ante el hecho de que en cualquier futura guerra mundial se emplearían con certeza armas nucleares, y que tales armas amenazan la continuidad de la humanidad, instamos a los gobiernos del mundo para que entiendan, y reconozcan públicamente, que sus propósitos no podrán lograrse mediante una guerra mundial, y les instamos, en consecuencia, a encontrar medios pacíficos que resuelvan todos los asuntos de disputa entre ellos.»


  Max Born
Percy W. Bridgman
Alberto Einstein
Leopoldo Infeld
Federico Joliot-Curie
Germán J. Muller
Lino Pauling
Cecilio F. Powell
José Rotblat
Beltrán Russell
Hideki Yukawa


Max BornPercy W. BridgmanAlberto EinsteinLeopoldo InfeldFederico Joliot-CurieLino PaulingCecilio F. PowellJose RotblatBeltrán RussellHideki Yukawa
Bertrand Russell difunde el manifiesto a la prensa, Caxton Hall, Londres, 9 de julio de 1955

Principios de sustentación de fisión y fusión

Reacciones nucleares en cadena

Esquema de una cadena de reacciones nucleares de fisión
Una reacción en cadena es un proceso mediante el cual los neutrones que se han liberado en una primera fisión nuclear producen una fisión adicional en al menos un núcleo más. Este núcleo, a su vez produce neutrones, y el proceso se repite.

Estas reacciones en cadena pueden ser: 

Controladas= producidas en centrales nucleares en que el objetivo es generar energía eléctrica de forma constante. 

Incontroladas= se dan en el caso de armas nucleares que buscan destrucción masiva.

Si en cada fisión provocada por un neutrón se liberan dos neutrones más, entonces el número de fisiones se duplica en cada generación. En este caso, en 10 generaciones hay 1.024 fisiones y en 80 generaciones aproximadamente 6 x 1023 fisiones.

 

Masa crítica

Es la cantidad mínima de material fisionable para que se mantenga una reacción nuclear en cadena.
Aunque en cada fisión nuclear  se producen entre dos y tres neutrones, no todos neutrones están disponibles para continuar con la reacción de fisión; algunos se pierden. Si los neutrones liberados por cada reacción nuclear se pierden a un ritmo más rápido de lo que se forman por la fisión, la reacción en cadena no será autosostenible y se detendrá.
La cantidad de masa crítica de un material fisionable depende de varios factores: propiedades físicas, propiedades nucleares, de su geometría y de su pureza.
Una esfera tiene la superficie mínima posible para una masa dada, y por tanto, reduce al mínimo la fuga de neutrones. Si además bordeamos el material fisionable con un reflector de neutrones se pierden muchos menos neutrones y se reduce la masa crítica.

 

La fisión nuclear controlada

Esquema sobre como se controlan los neutrones liberados para controlar la reacción de fisión en cadena
Para mantener un control sostenido de reacción nuclear, por cada 2 o 3 neutrones puestos en libertad, sólo a uno se le debe permitir dar a otro núcleo de uranio. Si esta relación es inferior a uno entonces la reacción va a morir, y si es más grande va a crecer sin control (una explosión atómica). Para controlar la cantidad de neutrones libres en el espacio de reacción debe estar presente un elemento de absorción de neutrones. La mayoría de los reactores son controlados por medio de barras de control hechas de neutrones de un fuerte material absorbente, como el boro o el cadmio.
Además de la necesidad de capturar neutrones, los neutrones a menudo tienen mucha energía cinética (se mueven a gran velocidad). Estos neutrones rápidos se reducen a través del uso de un moderador, como el agua pesada y el agua corriente. Algunos reactores utilizan grafito como moderador, pero este diseño tiene varios problemas. Una vez que los neutrones rápidos se han desacelerado, son más propensos a producir más fisiones nucleares o ser absorbidos por las barra de control.

 

Fisión nuclear espontánea

fisión nuclear espontánea
En este tipo de reacciones no es necesaria la absorción de un neutrón exterior. En determinados isótopos del uranio, y sobretodo del plutonio, tienen una estructura atómica tan inestable que se fissiona espontáneamente.
La tasa de la fisión nuclear espontánea es la probabilidad por segundo que un átomo dado se fisione de forma espontánea - es decir, sin ninguna intervención externa. El plutonio 239 tiene una muy alta tasa de fisión espontánea en comparación con la tasa de fisión espontánea de uranio 235.

 

Video ilustrativo fisión nuclear

En el siguiente video se puede observar como un neutrón lanzado contra un núcleo genera una fisión nuclear que dará lugar a otras fisiones nucleares en cadena. En la primera parte del vídeo se ve en pequeño y luego se puede ver la misma secuencia más ampliada.

¿De dónde se saca la energía atómica?

Fisión y Fusión

Para poder obtener energía manipulando los núcleos de un o varios átomos podemos hacerlo de dos formas distintas.

1. FISIÓN:

En energía nuclear llamamos fisión nuclear a la división del núcleo de un átomo. El núcleo se convierte en diversos fragmentos con una masa casi igual a la mitad de la masa original más dos o tres neutrones

neutron provocando una fisión nuclear
La suma de las masas de estos fragmentos es menor que la masa original. Esta 'falta' de masas (alrededor del 0,1 por ciento de la masa original) se ha convertido en energía según la ecuación de Einstein (E=mc2). En esta ecuación E corresponde a la energía obtenida, m a la masa de la que hablamos y c es una constante, la de la velocidad de la luz: 299.792.458 m/s2.



La fisión nuclear puede ocurrir cuando:
*Un núcleo de un átomo pesado captura un neutrón (fisión inducida por bombardeo artificial).
*Puede ocurrir espontáneamente debido a la inestabilidad del ISOTOPO (fisión espontánea).

2. FUSIÓN:

El Sol és un exemple d'energia nuclear de fusió nuclear que ens arriba a la Terra en forma de radiació electromagnètica
Ejemplo de fusión nuclear en la naturaleza

Es una reacción nuclear en la que dos núcleos de átomos ligeros, (el hidrógeno y sus isótopos (deuterio y tritio)) se unen para formar otro núcleo más pesado. Esta reacción de fusión nuclear libera o absorbe una gran cantidad de energía en forma de rayos gamma y también de energía cinética de las partículas emitidas. Esta gran cantidad de energía permite a la materia entrar en estado de plasma.



Nota: Si los núcleos que se van a fusionar tienen menor masa que el hierro se libera energía. Por el contrario, si los núcleos atómicos que se fusionan son más pesados que el hierro la reacción nuclear absorbe energía. 

Plasma:  La masa gaseosa compuesta por los electrones libres y los átomos altamente ionizados.

Requisitos técnicos para la fusión nuclear

Para efectuar las reacciones de fusión nuclear, se deben cumplir los siguientes requisitos:
  • Conseguir una temperatura muy elevada para separar los electrones del núcleo y que éste se aproxime a otro venciendo las fuerzas de repulsión electrostáticas.
  • Es necesario el confinamiento para mantener el plasma a temperatura elevada durante un mínimo de tiempo.
  • Densidad del plasma suficiente para que los núcleos estén cerca unos de otros y puedan generar reacciones de fusión nuclear.
 

Armas nucleares sobre Hiroshima y Nagasaki

Los bombardeos atómicos sobre Hiroshima y Nagasaki fueron ataques nucleares ordenados por Harry Truman, Presidente de los Estados Unidos, contra el Imperio de Japón. Los ataques se efectuaron el 6 y el 9 de agosto de 1945, y pusieron el punto final a la Segunda Guerra Mundial. Después de seis meses de intenso bombardeo de otras 67 ciudades, el arma nuclear Little Boy fue soltada sobre Hiroshima el lunes 6 de agosto de 1945 seguida por la detonación de la bomba Fat Man el jueves 9 de agosto sobre Nagasaki. Hasta la fecha estos bombardeos constituyen los únicos ataques nucleares de la historia.

Nube de hongo sobre Hiroshima tras el arma nuclear "muchachito" o también llamada  "little boy"

Nube de hongo sobre Nagasaki provocada por la arma nuclear "fat man"

150.000 personas, de las 275.000 que habitaban la ciudad, murieron inmediatamente o quedaron gravemente lesionadas. Por su parte, la infraestructura de la ciudad de Nagasaki quedó con más del 40% en estado de destrucción, pues buena parte de sus construcciones no pudieron resistir la presión que se generó bajo el manto radiactivo de la bomba.

Abreviaciones y acrónimos


viernes, 10 de octubre de 2014

Proyecto Manhattan

El Proyecto Manhattan era el nombre en clave de un proyecto científico llevado a cabo durante la Segunda Guerra Mundial por los Estados Unidos con ayuda parcial del Reino Unido y Canadá. El objetivo final del proyecto era el desarrollo de la primera bomba atómica antes que Alemania la construyera. La investigación científica fue dirigida por el físico Julius Robert Oppenheimer mientras que la seguridad y las operaciones militares corrían a cargo del general Leslie Richard Groves. El proyecto se llevó a cabo en numerosos centros de investigación siendo el más importante de ellos el Distrito de Ingeniería Manhattan situado en el lugar conocido actualmente como Laboratorio Nacional Los Álamos.

Científicos que participaron en el proyecto Manhattan

Robert Oppenheimer: Director del proyecto, se opuso al uso militar de la energía nuclear una vez terminada la guerra.
Enrico Fermi: Huido de su Italia natal, fue el creador de la primera pila atómica en la Universidad de Chicago.
Edward Teller: Uno de los muchos judíos huidos del régimen nazi. Uno de los más fervientes defensores del programa armamentístico nuclear estadounidense.
Hans Bethe: Importante teórico del proyecto, director de la división técnica.
Richard Feynman: Responsable de la división teórica y de los cálculos por ordenador. En su biografía cuenta numerosas anécdotas sobre su etapa en el Proyecto Manhattan y su sentimiento de culpabilidad al explotar la primera bomba.
John von Neumann: Experto en materia de explosivos, entre otras habilidades, le fue encomendada la misión de ayudar en el diseño de explosivos de contacto para la compresión del núcleo de plutonio del dispositivo Trinity test y la bomba Fat Man caída en Nagasaki. También fue el encargado de calcular a qué altura debían explotar las bombas antes de tocar el suelo para que su efecto fuera más devastador. Así mismo también estuvo en el comité encargado para seleccionar objetivos potenciales japoneses (ciudades), donde hacer caer las bombas atómicas.

Hongo de la bomba 10 segundos después de su explosión
científicos observan como quedo una torre después de la bomba

Efecto de las armas nucleares

Los efectos de las armas son completamente destructivos existen dos tipos efectos primarios o inmediatos y efectos retardados o secundarios.

Efecto inmediato o primario: estas son la onda expansiva, el pulso de calor, la radiación ionizante y el pulso electromagnético. 

Efecto secundario o retardado: estos son los efectos en el ambiente, clima que también pueden ser las consecuencias de los efectos primarios ya que muchas la mayoría de las veces estos efectos secundarios van de la mano con el primario haciendo que un daño potencie a otro.

martes, 7 de octubre de 2014

Armas Nucleares

Las armas nucleares son todas aquellas que poseen un enorme potencial destructivo que utiliza la energía derivada de la fisión nuclear o reacciones de fusión nuclear. Comenzando con los avances científicos de la década de 1930, que hizo posible su desarrollo, mediante la continuación de la carrera de armamentos nucleares y las pruebas nucleares de la Guerra Fría.

La explosión de un arma nuclear libera una combinación de calor, ondas de choque y radiación. Estas fuerzas tienen el potencial de matar y lesionar a enormes cantidades de personas, arrasar viviendas, edificios e infraestructura y generar graves consecuencias para el medio ambiente.